¡Por Dios!, ¿qué maldito ruido es ese? Que se calle, que no siga. Me taladra los oídos, me abrasa la sien. ¿Ya es de día? Sí, entra luz por la persiana. Necesito algo para mi cabeza. Me va a estallar y mis ojos se quedarán tatuados en la pared como dos sujeta-collares demasiado tétricos para mi gusto. En el último sitio donde estuvimos anoche servían garrafón del malo, ¡qué antro!. La próxima vez que me suceda algo parecido a lo de ayer con Luis, cambiaré de compañía, Laura conoce sitios demasiado cutres no aptos para estados de ánimo tan caóticos.
¿Dónde está mi pantalón? Bueno, por lo menos , después del desfase de esta noche , aún conservo el tanga puesto. Pero¿ este es mío? no me suena tener ningún tanga de murciélagos. ¡Joer, por Dios! Ese maldito ruido de nuevo, ¿pero a quién se le ocurre ponerse a dar golpes un sábado por la mañana? Por cierto, ¿qué hora es ya? ¡Ostras! la una y yo sin poner un huevo. Tengo que levantarme y activarme ya. ¡Mierda!¡ la cabeza , el estómago, qué pare la habitación, echa el ancla Sandra , que lo echo….. el baño!
¡Qué fría! Joder, ¿a qué estas me han vuelto a dejar sin agua caliente? A estas horas del día Sandra , no puedes pedir milagros. Ah no….. ya sale templada, bueno , con esto me apaño, total a ver si me quito esta puñetera resaca y el mal rollo que llevo desde ayer.
No tenía que haber pasado, ese cretino de Luis se aprovecha de todo el mundo. Ya lo sabías Sandra. ¿Cómo pudiste caer en tal argucia? Y encima allí , en ese vestuario, a la desesperada, mejor dicho, como si lo fueras, una desesperada más de su lista. ¿Qué necesidad tenías? Ahora que va a ser tu jefe. Está bueno, sí , pero es un machaca, no tiene ni pizca de gracia, y la neurona que tiene le baila entre cerebro y el pito. Es una pena, la verdad, porque el chico es guapote, además sabe sacarle partido a su mata de pelo rubia y tiene estilo vistiendo, y los ojos arden cuando te miran fijamente, pero le mata abrir la boca. ¡Oh Dios!, mejor que no hable. Se cree que está por encima del bien y del mal, que todo lo puede y que la mujer se rinde a sus encantos según pasa. ¡Pobre, iluso! Claro que Sandrita, tú no eres la excepción, guapa. Buff , pero como mueve la pelvis, ummm… es total. Nunca había probado a nadie con tanta…..y el culo , prieto, respingón, perfecto para agarrarse. Venga, sal de la ducha, que estás como las pasas y el agua ya está fría.
Frío , frío el que hacía en el pub de mala muerte que tanto le mola a Laura. Mira que tiene gustos raros, en todos los sentidos claro. Estupefacta me quedé cuando cogió a la gótica esa y le metió la lengua hasta el esternón. Estoy en la parra, mira que no darme cuenta hasta anoche que le van las tías. Tienes que espabilar Sandra, a veces te entierras en tu mundo y solo pisas este para cuatro chorradas. Y claro, cuando sales de tu escondite, te la pegas. Seguro que Laurita vio la ocasión perfecta cuando la llamaste hecha unos zorros, después del atracón de Luis en los vestuarios. Presa fácil, debió imaginar, al decirle entre sollozos y gritos que eras la tía más estúpida del mundo, que habías cometido el mayor error de tu vida y que necesitabas una noche de alcohol y juerga a tope para olvidar lo ocurrido. Y ella pensó, esta es la mía, esta noche cae. Menos mal que se lo dejaste claro al primer asalto en el japonés. Muy íntimo todo, muy preparadito. Ella escuchando y tú venga sake pa’ca, sake pa’lla. Ahora que lo pienso, hasta me ponía ojitos mientras me acariciaba el muslo.
Por ahora tengo claro que no puedo pasar por más experimentos. Qué a mí me gustan los tíos, muy tíos, coño,¡ y mucho!. Y no asumo más temas por ahora que mi cabeza no da para más. Lo primero es salir del atolladero con Luis. Si le gustó lo de ayer, veremos cuánto tarda en meterme de nuevo en los vestuarios. Y no puedo permitirme dejar el curro. Mi padre ya dejó muy claro que no me manda ni un duro más.
Bueno y ahora que lo veo otra vez, ¿de dónde narices ha salido ese tanga de murciélagos? No recuerdo haberme comprado una cosa tan siniestra, si odio los bichos esos. No entiendo nada…. claro que tampoco recuerdo mucho. Tengo que aprender a beber, a medir el alcohol que me insuflo en esos momentos de espíritus agónicos, me sienta como un tiro y además pierdo la memoria. A ver si en la cocina hay algo para este maldito dolor de cabeza, me retumban hasta los pensamientos, joder.
Hola Sandra, ¿ya despertaste? Vaya la que cogiste anoche. Laura no podía contigo y tuvimos que traerte a casa entre las dos. Soy Nuri, ¿recuerdas? Ah gracias, encontraste mi tanga.
Y el estómago dió otra voltereta en mi tripa, doblándome el cuerpo como si la columna hubiera dejado de hacer su trabajo, y tuve que salir disparada hacia el baño de nuevo.