Solo te pido la luna 

   
 «Consígueme la luna, por favor , consiguemela»Y su ojos cristalinos se clavaron como agujas de hielo sobre sus pupilas. Le arrebató un beso y aspiró el deseo de un hombre abandonado a su más primitivo instinto. Acarició despacio unos labios suculentamente infinitos , los perfiló con la punta de su lengua para acabar mordiéndole sin esperar su perdón. Las manos de Sade quedaron atrapadas sobre su cabeza dibujando con sus brazos un marco perfecto a su melena pelirroja que se enraizaba con la arena blanca de aquella playa. El cuerpo de Matías se acopló perfectamente sobre su silueta , y comenzaron a serpentear sobre las dunas como la víbora sigilosa y hambrienta. Los finos copos de aquella tierra caliza absorbían los hedores y fluidos que desprendían los dos amantes deshaciéndose por la ardiente sinrazón. La espalda de Sade vibraba al recibir las caricias de un paisaje celoso de tanto deseo, embriagando aun más la excitación de su sexo. Y la arena se filtraba por cada poro buscando atrapar alguna migaja de amor. Matías buscó consuelo en su pecho, dejó que sus labios arañasen la seda de sus dunas, sin demorarse en la cima , dibujando el infinito entre ellas con la punta afilada de la sinhueso. Y mientras sus embestidas desnudaban sus piernas de aquella túnica impura , Sade agasajaba su cogote enredando y desenredando sus dedos entre el lacio pelo rubio de Matías. Entonces, el perfume salino se mezcló con el aroma de un orgasmo tan perfecto como el reflejo de esa luna plena sobre el mar y la arena. 

«Ahora sí, no hay distancia insalvable entre el cielo y la tierra mientras estemos cerca.»

Y sus cuerpos rodearon la imagen del astro inmaculado sobre el agua inquieta que se arrastraba hasta la orilla de esa playa. 

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