Pulsiones

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La primera vez que vi un rascacielos más alto que la torre Madrid de plaza de España tenia 8 años y eran mis primeras vacaciones en el mar tras muchos años de sequía en la meseta central. Las fiestas con mi hermana disfrazadas de hawaianas en el cafebar de los apartamentos, las tardes cruzando la piscina de lado a lado mientras mi madre nos animaba desde el bordillo, cual verdadero entrenador olímpico y unas playas infinitas de arena blanca aún sin masificar,  hicieron de los veranos de mi infancia en este mediterráneo , un recuerdo imborrable. Por las noches, de vuelta al apartamento de la mano de mi padre, me gustaba pisar con los pies descalzos unas calles impolutas, que se atragantaban cada año que pasaba, con un edificio más alto que el anterior y que jugaban a recrear todo un laberinto para las corrientes del aire.

Mi adolescencia volvió a pasear por sus calas y plazas , incluso por la calle conocida popularmente por muchos años,  con el nombre ordinario de cierta parte de la mujer (Calle del coño) , con  unos padres  ya por entonces muy  acostumbrados a recibir con resignación y paciencia al novio, amigas y primos que quisieran apuntarse a unos días locos de sol, pubs y discotecas con nombres de la Odisea, como el nombre de la mujer de su Rey.

Mirador de -Benidorm
Puesta de Sol y mirador de Benidorm

Allí recibí el primer beso de amor verdadero mirando una puesta de sol, en ese mirador suspendido de una escalinata sobre el mar. Me sorprendió el húmedo y peludo abrazo de un león marino en el parque zoológico de Mundomar. Me volví a enamorar de la inocente  sonrisa de mi primogénito señalando el mar con su añito en el dedo. Me llené de orgullo al contemplar una espectacular exhibición de delfines donde el protagonista y cuidador de estos bellos animales era de nuestra familia, ¡con lo que nos gustan los delfines!

Pero es que la vida es como estas playas, que unos días te reciben con el mar en calma invitándote a que disfrutes y generes esos recuerdos entrañables con la familia,los amigos o ese primer amor.  Pero hay otros días, que su terrible resaca te lanza sobre la arena golpeado por su furia y una sinrazón contranatura, que te deja inconsciente y  sin respiración por un tiempo que parece infinito.

Pulsiones
Pulsiones

Y por eso , hoy ha sido difícil volver a ese lugar para decir adiós a quién no debía decirlo todavía. Me hubiera gustado volver a este lugar lleno de recuerdos entrañables para mi por cualquier otro motivo menos este.  Hoy la luminosa puesta de sol se ha nublado en mi objetivo por tener que despedirnos tan pronto. En este atardecer, recién estrenada la noche, una gaviota ha sobrevolado nuestra tristeza sobre ese mirador colmado de amor, justo después dejarte ir.

Y entonces las lágrimas derramadas han ido escribiendo un mensaje :
«No se si el corazón es el órgano que tiene esa capacidad de regenerarse después de haber perdido una parte. Quizá no pueda volver a latir del mismo modo, solo quizás, después de sufrir una parada de infarto al tener que decir adiós antes de tiempo . Hoy, no se pueden detener las pulsiones de las entrañas al ver mezclarse todo el amor de familiares y amigos con tus cenizas, la arena y la sal de este mar, en calma».

Para ese alma libre que hoy nos sonríe desde donde ahora esté.

Pulsiones del corazón
Pulsiones del corazón

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