Yo no olvido, perdono pero no olvido. Quizá pueda llamarse rencor. A mi me gusta pensar que necesito de mi memoria para construirme día a día, para saber quien soy y reconocerme en el espejo cuando me miro. Yo no olvido que mi padre tuvo que trabajar mucho para poder cubrir todas nuestras necesidades. Que en aquella ocasión en la que unos espectros perdidos en el mundo de la heroína , ese mundo que arrastró a tantos que necesitaban encontrar en algún lugar el consuelo para tanta miseria, esos casi nos dejan huérfanas a mi hermana y a mi. Y tampoco olvido la fortaleza de mi madre para salir a la calle a buscar el pan que mi padre ya no podía traer. No olvido el arropo que recibimos de una familia que ha sabido siempre estar cuando se la necesitaba,no solo en los momentos de celebración .
No puedo olvidar cuantos madrugones nos dimos a ese hospital público, día tras día, año tras año, intentando encontrar una solución para la vista fatigada de unos de mis ojos. No olvido el empeño de aquellos médicos por devolverme la sonrisa en la mirada y el sosiego a unos padres que confiaban en la profesionalidad de aquellos. Esos mismos que hicieron lo imposible por salvar a quienes hoy me acompañan desde el más allá y me ayudan a comprender mejor el más acá.
No olvido a aquel profesor con barba de ojos grandes, negros y achinados , con nombre vasco que me enseño a multiplicar, a deletrear y a conocer cuál era el mamífero volador con todas las vocales en su nombre. Creo que mirando con perspectiva también fue mi primer amor platónico. Pero si hay algo que no olvido de mi querido Antonio Machado fue el trabajo y la dedicación de aquellos profesionales de la educación pública por despertar en todos aquellos chavales el amor por el conocimiento, la inquietud por conocer el mundo, el respeto por nuestros semejantes.
No olvido el sufrimiento de mi madre, de mi tía, por tener que renunciar a cuidar de la suya, de mi abuela enferma de Alzheimer por la inexistencia de una ley que protegiese y diese ayudas para las personas dependientes, y ver como ese sentimiento de culpa y abandono les iba borrando la sonrisa de sus caras.
Y si llego hasta estos años, me es difícil olvidar la angustia de amigos que han visto caer la empresa levantada por sus padre con tanto y tanto esfuerzo al reventar la burbuja inmobiliaria y tener que asumir la deudas y la falsa moneda de los más grandes, que entonces comenzaron a mirar para otro lado con el beneplácito de estos políticos y les importó un carajo a quien y cuantos estuvieran perjudicando.
Tampoco olvido la daciòn en pago que se ha hecho a tantos INDECENTES que se llevaron lo que nos robaron a esos paraísos fiscales tras esa amnistía fiscal, mientras muchos más DECENTES lo han perdido TODO a cambio de nada bajo la farsa más repetida de «vivían por encima de sus posibilidades». Porque ellos si creyeron realmente que una mentira repetida muchas veces se convierte en verdad.
Por todo esto que no olvido, pero principalmente porque algún día puede que si , que la memoria me falle y olvide hasta mi nombre quiero :
Que este país aprenda a formar personas y no solo profesionales en esos colegios públicos que den cabida a la diversidad y a la universalidad del conocimiento.
Que de esa maravillosa educación salgan aquellos profesionales , médicos, científicos y astrónomos que encuentren la cura para el Alzheimer o el Cancer , o un lugar entre las estrellas donde pueda sobrevivir el ser humano tras ese cambio climático que hemos decidido ignorar.
Que los nuevos jueces , fiscales y políticos que salgan de esas estupendas universidades , verdaderamente juzguen y condenen a los verdaderos culpables , dejen de perseguir a inocentes y velen por el bienestar de una sociedad más justa e igualitaria.
Igual que esas librerías en las que guardamos los libros que nos apasionaron tanto y nos transportaron de un imaginario a otro, yo tengo una librería de recuerdos que han ido conformando mi realidad y han consagrado mi ideario.
Por eso te pido que vayas a tu librería y busques, y no olvides , y con tus recuerdos, con ellos mires hacia el mañana y decidas quien eres, quienes somos , y quienes queremos ser.
No olvido todo el amor que mi abuela me regaló todos los días de su vida, aquellas cálidas caricias y besos cuando era una niña que me ayudaron a crecer sana y alegre.. Me enseñó con su ejemplo el respeto a los demás, la solidaridad y su extraordinaria generosidad. ! Va por ti abuela donde quiera que estés te llevó siempre conmigo!!