Multiples lazos de colores.

LAZOSHoy podía escribir sobre el cáncer de mama. Sí, hoy que se conmemora el día internacional contra el cáncer de mama debería dedicar estás líneas a lo que ya están haciendo casi todos los medios de este país y del mundo entero. Para mí, sospecho que al igual que para cientos , miles de mujeres, es un tema que  pone la piel de gallina. Un escalofrío recorre mi cuerpo como una serpiente siempre que escucho algún nuevo caso, de personaje público o de alguien anónimo cercano a mi vida. El hecho de tener que pasar todos los años por un ecógrafo para comprobar que mis mamas continúan en el estado del año anterior, y que ninguno de los bultos que me siguen desde la adolescencia, ha cambiado de morfología o tamaño, es cada vez una situación más inquietante y temerosa para mi. Siempre que encuentro algún articulo científico sobre algún hallazgo importante sobre su tratamiento o cura lo leo con especial interés, intentando alimentar la esperanza, la mía y la de todas las que me rodean, de que está enfermedad tiene los días contados. Me invade un miedo tremendo a tener que enfrentarme en algún momento a este fantasma, pero, de igual forma, acumulo fuerzas y razones para poder combatirlo si algún día nos encontramos, en cualquiera de sus formas, personal o ajeno. Y cada una de las historias de esas mujeres valientes, grandes y fuertes, que se han enfrentado a ello, con o sin éxito, son el baluarte de una bandera que hoy no quiero dejar de levantar.

Pero no puedo ni quiero dejar pasar la oportunidad de anotar hoy un dato que me ha hecho también estremecer. Llevamos dos semana sumidos en el miedo de otra enfermedad, el ébola. Dos semanas en España, claro, pues los que tenemos un concepto del mundo algo más extenso que nuestra ciudad, comunidad o país, llevamos con el susto desde principios de año que se escucharon los primeros brotes en Sierra Leona. El dato que me ha hecho temblar es la cantidad de dinero que , según la OMS, se necesitan ahora mismo para acometer las tareas sanitarias necesarias para erradicar el ébola en África, unos 1000 millones euros. Es ahora, cuando existen 7 casos en EEUU, 1 en España, 1 en Reino Unido , 1 en Berlin y el peligro de contagio al resto de su población, ahora y no antes, cuando había 400 muertes en Sierra Leona y Liberia y mas de 1000 contagios, cuando nos hemos decidido los del mundo desarrollado a plantearnos la verdadera gravedad del problema. La semana pasada cuando se informó del primer caso en España, justo entonces se habían llegado a las 3000 muertes en el foco de África. Viendo la reacción de los medios nacionales e internacionales ante el contagio de la sanitaria española yo me pregunté ¿Cuál es el valor de la vida humana según el lugar de procedencia? Respuesta rápida 1:3000, esa era la escala. Hoy ya son 4500 las muertes, y sin embargo, aquí afortunadamente, nuestra paciente 0 está evolucionando favorablemente y con muchas posibilidades de salir de este tremendo embrollo en el que la metieron unos políticos inconscientes e indecentes. Exactamente tan indecentes me parecen las actitudes de algunos de estos magnates de la política que hoy se deciden a aportar el dinero para una causa que ahora , si ahora, y no antes les puede suponer un gran pellizco en sus presupuestos económicos de estado, pues si la enfermedad traspasa las fronteras del foco de un modo virulento, el gasto sanitario podrá multiplicarse por 10, como poco.

Aun así, no nos quedemos cortos en calificar la humillante aportación de este nuestro gobierno. Escasamente medio millón de euros, ja! Me perdonen la ironía, señores. Un poquito más del doble de lo que nos costó repatriar a los dos misioneros enfermos poniendo en peligro, como se ha comprobado, al resto de la población española. Pero qué insultante cantidad es esa después de habernos gastado 22 mil millones de la misma moneda en rescatar un banco llenos de seudoignorantes que no hacían más que gastar y gastar dinerito de sus tarjetas «preferentes» en ropa, vinos y masajes. De encontrar y encontrar cuentas en nuestros vecinos de Andorra repletos de euritos de presidentes autonómicos que juran con vehemencia que no llegaron a la política para hacerse ricos. O infantes consorte o consuerte, como ustedes quieran, que abanderando causas loables llenaron también sus carteras de miles de euros de las arcas de los valencianos.

Así pues, entenderéis que no son pocas las causas que quebrantan la tranquilidad de esta humilde escritora y que no sabe si tendrá suficiente solapa para albergar tantos lazos de colores, vamos que llevaremos todo un arco iris.

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