La felicidad no es una constante, el la suma de instantes,el producto de todos aquellos momentos en los que deseas con toda tu alma que el tiempo se pare , que el mundo se quede quieto y sea testigo de todas esas emociones que te hacen sentir que vuelas. La felicidad es esa montaña rusa que mantiene el aire en tu estomago para que lo exhales en un sonoro grito de alegría cuando el descenso sea sorprendente, intenso y te produzca ese vértigo desgarrador.
El tiempo no se para no, ni el mundo tampoco lo hará para observarte. Por ello, retén en lo más hondo de tu ser lo maravilloso de cada una de esas experiencias, aquello que te hizo volar, que te hizo sentir que el mundo se ponía a tus pies , pues ellas te servirán de balón de oxígeno y de magnifico impulso para perseguir y conseguir miles de millones de instantes más.