Desde que el mundo la había quitado el aliento de sus días , había perdido toda ilusión por seguir existiendo. Se sentaba en su mecedora junto a la ventana de su habitación y contaba las hojas caducas de los árboles del paseo, o los copos de nieve en el alféizar de su ventana. Deshojaba mentalmente las margaritas y comprobaba como amarilleaban las espigas con la llegada del bochornoso verano. Rosario anhelaba con una llaga en su pecho las tardes en las que sus zapatillas apartaban a zancadas las hojas tostadas del otoño , o como un collar de ébano quedaba dibujado en la nieve tras sus huellas.
Pero hoy, al ver despuntar las primeras amapolas , ha decidido asirse a su bastón y despegar sus posaderas de ese trono carcelario y traicionero. Con la boca seca por el deseo y el corazón brincando en su garganta ha llegado a lo alto de la colina a deleitar de nuevo a sus ojos con el efervescente paisaje, sin el filtro macabro del cristal de su ventana. Suelta el amigo bastón , abre las palmas de sus manos como las raíces que buscan la sal y el agua bajo la tierra y deja que los rayos del sol poniente , llenen de luz y energía el mapa arterial de un cuerpo que se resiste a ser abatido por las sombras, sin más.
Es verdad que muchas veces nos rendimos
y sentimos nuestra vida vacía,
pero en el exterior de nosotros sigue saliendo el sol,
cayendo la lluvia,
cantando los pájaros…
la vida no se detiene», sigue,
y nosotros con ella.
Gracias por leer y comentar estos microrrelatos que me sirven de pequeñas reflexiones , que me alientan a seguir acompañando a esta vida que no se detiene ?????