Esta mañana buscando información sobre lo que me tiene absorbido el seso últimamente, el mundo de la comunicación digital y las redes sociales, ha sido muy grato encontrarme tres conferencias de mujeres que hablaban con gran elocuencia y expertis sobre este tema. Confirmo que me ha sido muy grato porque para mí, que amo la comunicación como a la vida misma, encontrar gurús sobre ello que sean féminas (como Vilma Núñez, Gaby Castellanos o Alexis Meyners), me supone un extra de motivación para continuar. Lo cierto es que desconozco el porcentaje de reparto entre hombres y mujeres dentro de las grandes figuras actuales del mundo del marketing digital y los social media, muy posiblemente hoy por hoy, sea un fifty fifty, así lo deseo , así lo espero.
Su manera de comunicar, su mente , su experiencia … su reputación y relevancia en el mundo de online , sobrepasa su belleza estétic
Pero es que además, lo verdaderamente satisfactorio de todas ellas es que su manera de comunicar, su mente , su experiencia y en definitiva, su reputación y relevancia en el mundo online , sobrepasa su belleza estética. No digo que no sean mujeres bellas, lo son y mucho, o no , no sé , qué importa. Pero sí es cierto que ninguna de las tres ciega a sus oyentes por una belleza estética, tanto como para no escucharlas, entender y aprender de todo lo que saben y nos cuentan.
Durante siglos nos han invadido estereotipos de una feminidad al servicio de ellos. Nos han contando cómo debíamos vestir nuestros cuerpos, peinar los cabellos y maquillar esos rostros, espejo del alma, conforme a una estética basada en una belleza perfecta y casi siempre, efímera. Como si alguno de estos aspectos fueran a servirnos como fiel camino hacia nuestra seguridad y bienestar, hacia la consecución del empoderamiento femenino, como el resto de seres humanos. Afortunadamente hoy en día, en el siglo XXI ya, son muchas las voces que se alzan en pro de una feminidad al margen de esos estereotipos, de una mujer bella y feliz consigo misma, exenta de los cánones estéticos basados en estrictos hábitos, actividades y productos cosméticos, en muchos casos , al alcance de muy pocas.
Durante siglos nos han invadido los estereotipos de una feminidad al servicio de ellos.
Pero es que además , como todo lo que percibimos a través de los sentidos, la belleza es algo muy subjetivo, tanto o más que la bondad o la fealdad. Cuantas veces nos encontramos delante de una galería de Pinterest, un foto en Instagram o un video musical de YouTube y pensamos :¡qué bonito! o ¡qué interesante! o por qué no, también, decimos ¡vaya mierda! Para gustos los colores, que decía aquel. Lo importante de todo esto no es cómo nos obliguen a sentir los demás, cuánta belleza refleje su mirada sobre nosotras, no. Consigamos transmitir nuestra esencia, esa que nos hace distintas, seguras y felices, la que consigue que alguien se gire y se pare a escucharnos , atraiga su atención sobre lo que queramos decir o hacer, ya sea pintar o fotografiar un pájaro de fuego, amasar y esculpir en la bandeja del horno o a escribir sobre un papel, sin que para ellos se fije en el color de nuestro pelo o en esas cejas recién depiladas, que por supuesto podrán estar bien perfiladas, pero siempre desde nuestro absoluto convencimiento, y no el ajeno.
Consigamos transmitir nuestra esencia…. desde nuestro absoluto convencimiento y no el ajeno.
Demos un paso hacia la convicción de que somos quienes queremos ser, y no esa imagen proyectada por otros. Seamos felices con lo que realmente tenemos y hayamos conseguido, y apoyémonos en ese firme bastón para mostrar al mundo toda nuestra belleza .
Nota de Antoñetta: Gracias a Dove por crear un video tan bello en pro de la mujer.