En ocasiones me atormenta el haber elegido el camino equivocado, aunque por lo menos soy consciente de haberlo podido elegir. No es más importante quien ha podido decidir su destino, sino el que es consecuente con el que le ha tocado vivir. Hoy , que miro al pasado con recelo y al futuro con miedo, siento que ese pañuelo que es el mundo cada día es más viscoso y menos transparente.