Le encantaba espiar sus tiempos de silencio , sus horas en calma y reflexiones pausadas. Disfrutaba con el movimiento de sus dedos pasando lentamente las hojas de aquel libro prohibido, mientras las copas de los árboles acariciaban el aire con las suyas. Anhelaba el instante en el que le sustituiría en su crujiente asiento en busca de aquellas historias amordazadas entre sonrisas, lamentos y suspiros. Esperada descalza tras la reja del parque, escondida entre barrotes sin perder ningún detalle mostrado en su rostro, en su gesto, en la exhalación del aire mordido. Por un instante, levantó la vista del libro y cruzaron miradas, carcajadas y un insignificante y tierno quejío.
¡Qué hermoso! Me quedé con ganas de leer más 😀 ¿Será mucho pedir una serie? Besotes!
Gracias Sara, puedo intentarlo aunque estas son pequeñas historias q salen a partir de fotos q voy haciendo . Veré q puedo hacer para continuar?????
Quizá solo reunir estas pequeñas historias… Eres maravillosa escribiendo, tienes ángel! Besotes 😀
Wow Sara!! Jamás me habían dicho algo tan GRANDE! Gracias , mil gracias, me emociona y animan muchísimo tus palabras para continuar este arduo camino de escribir y traspasar conciencias , incluso aquellas q estaban dormidas Un beso enorme para ti!!??
Otro para ti, querida amiga! 🙂