He tenido un sueño. Estaba cegada por los flashes, abrumada por tanta pregunta, acalorada por los focos, jodida por los tacones y la medias «push-up» esconde vientre-sube nalgas para poder encajar un vestido de Versace en una figura como la mía. El rojo de la moqueta es como la lengua de un lagarto que espera que su presa este despistada para tragársela de un lametazo. Y hoy tiene donde elegir, los bichitos de colores pululan por todas partes, se mueven con soltura, como si ya hubieran estado aquí antes. Es curioso, si no fuese por el arco iris de colores que forman ellas, se podria decir que estamos ante un hormiguero en el que desfilan sus obreras hacia el interior. Decido buscar un lugar donde poder liberar mis «pezuñas» de una presión tan irreverente. Me dejo llevar por la marabunta para llegar a la reina, en este caso creo que es un rey. «Sonríe,sonríe» me gritan. Ja! como si ascender por esta escalinata con unos Louboutin «Beverly 100mm» sin dar ningún tranpiés y poner boca profident fuese tan sencillo como correr descalzos por el parque. Que todo tiene su técnica, espalda erguida, pechos fuera, culo dentro y apretado, y … puños fuera. Que no , que no es una nueva versión de Mazinger Z, aunque como se me vaya un pie, veremos si no montamos el Comando G entre todos los figurines que me llevan delantera en esto de los escalones. Buffff, por fin un asiento,….cómo dice?, que me mueva ?, ah que están numerados, como en el cine, ¡acabáramos! Finalmente puedo estirar mis dedillos levemente entre las cintitas plateadas de la sandalia de 900 pavos, por lo menos por este precio podría traer algún mecanismos anatómico que refresque, relaje y masaje el pie en reposo, no es mucho pedir. Uy , uy, pero quien viene para acá , no puede ser! justo delante de mi! ¡qué vestido!, ¡qué recogido tan original!, ¡que «prestancia» al moverse!, no podía ser otra. Oye y su boca es tamaño medium, no XXL como vemos en la gran pantalla, será verdad que en el cine todo parece más grande, no? Bueno , ya empiezan , no hacen nada más que nombrarlo , pero no aparece, pero dónde habrán metido ese tal Oscar. Mierda, al final no se quien se lo ha llevado; el aparato ese que algún día estampare contra la pared, me ha devuelto a mi «alfombra» roja particular.
Pues si, has descrito perfectamente lo duro que es ser mujer, glamourosa, y famosa…y mas aun el esfuerzo que supone ir de fiesta en fiesta, o de gala en gala y lo peor es ya si consigues ese preciado premio…uf !!! es verdad es horrible tener que enfrentarse a lo duro recibir delante de tanta gente guapa el mas ansiado de los galardones….por eso yo de vez en cuando lo que sueño es en una vida relajada de un gestor telefonico ( teleoperadora), lo interesante que es recibir quejas y quejas de clientes, y llegar a casa despues de pasearte por la alfombra gris mecanica del metro embutida en tus botas baratillas y forrada con capas y capas de ropa que te hacen sudar gracias a la proximidad de la gente que esta en tu misma situacion…que felicidad de sueño te despiertas como nuevo.