Es curioso como determinadas situaciones son capaces de reconciliarte con tus recuerdos, con tu origen, hacer del pasado presente.
Hace mucho que no escribo, fundamentalmente porque me dedico a escribir millares de palabras para otras personas y marcas que han querido confiar en esto que parece no se me da mal del todo. Pero en estos días de cambios de rutinas, o de nuevas costumbres para algunos, de brotes de ansiedad me he propuesto hacer caso de mi mentora de escritura y recuperar las mías, las buenas costumbres, las que me hacen saber quién soy y ser fiel a mi misma.
Es mucho más lo que nos une que lo que nos separa, papá
Esta mañana trabajaba sobre un contenido para publicar de alguien a quien admiro mucho desde hace tiempo y me he puesto a llorar. Sí, este trabajo mío tiene estas o otras muchas cosas buenas, entre ellas conectar de una manera muy emocional con algunos de los clientes-amigos para los que realizo mi labor. Y eso, amigx mío , no todo el mundo tiene la suerte de experimentarlo. Soy afortunada, lo sé. Curiosamente anoche le escribía a mi padre en un mensaje tras el acto inmenso que fusionó a España en un gran aplauso : » Si los seres humanos fuésemos capaces de ver que es mucho más lo que nos une que lo que nos separa, papá». Y es que nos unen cuestiones tan mágicas como la escritura, la música clásica o los paquetes de ducados junto a un vaso de whisky. Esto puede que te resulte más sencillo de entender, si después lees este post de Escribir y Meditar.
Hoy vuelvo a escribir y podría decirte que es para ti, pero no soy hipócrita, lo hago fundamentalmente para mi, perdóname. Con Vivaldi llevando el compás de mis teclas y la tormenta gritando a mi espalda acompañando sus cuatro estaciones. Hoy vuelvo a escuchar música clásica que no tocaba para mis recuerdos desde hace tanto que se me había olvidado. Hoy aplaudo a quienes me entregaron con su adn el amor por las letras, la música, la pintura, el cine… unas y otras artes que me han ayudado siempre a canalizar las emociones hacia algo bello, a conectar con el mundo que me rodea , a mirarlo desde el corazón , a escucharlo y transformarlo en algunos de los relatos de este blog para ti, y sin duda, para mi.
No me siento encerrada porque tengo tanto que hacer en estos días, que me falta el tiempo. No siento el aislamiento porque he aprendido durante mis 44 años a comunicarme contigo sin necesidad de tenerte pegadx. Me siento afortunada por estar aquí, ahora y poder continuar haciéndolo.
No siento el aislamiento porque he aprendido durante mis 44 años a comunicarme contigo sin necesidad de tenerte pegadx.
En estos días que nos quedan, encuentra el momento para volver a tus recuerdos. Trata de preguntarte qué te gustaba hacer todo el tiempo cuando no tenías ninguna obligación más que ser tú. Sorpréndete estos días siendo fiel a ti mismo , respondiendo a tus porqués, siente lo afortunadx que eres por estar presente .
Yo haré lo mismo, para cuidarme, para cuidarnos, aislarme para ser presente.
??Escucha, si lo deseas, lo que ha inspirado este post : Vivaldi y Albinoni