Sugerencia musical: One Republic -» I lived»
Mi última noche de los 38, mi primer día de los 39. Finalizaré otra década más y me he propuesto la meta de anotar 39 razones por las que continuar con una sonrisa , ilusión y un montón de ganas de vivir. Suena parecido al anuncio de Coca-Cola, pero sin el acento argentino (vaya por delante que YO les tengo un cariño especial). Bueno, voy a intentarlo a ver que sale:
Levantarme día tras día respirando el mismo aire que tu respiras.
Oler a caramelo del gel mezclado con el vaho de la ducha.
Mirarme al espejo y seguir reconociendo en el reflejo a esa aspirante a periodista y literata.
Poner perfume en mi cuello que atraiga tus besos, esos que me regalas cuando nos cruzamos en el baño.
El olor del café nesspresso mientras mi perra me pide su desayuno contoneando su rabo.
Esa mirada impaciente y agradecida mientras la sirvo su comida.
El beso inesperado de alguno de mis niños bajando por la escalera, frotándose los ojos aun dormidos (peligroso lo se, pero ellos son así)
Emocionarme con alguna canción de los 40 principales de camino al trabajo.
El segundo café de la mañana con mis compañeros, endulzado con la ironía de una y el sarcasmo de otro.
Comprobar que siempre puedes aportar algo positivo con tu manera de hacer la cosas.
Sentir que te saludan , que no evitan tu encuentro y que siempre hay una palabra amable, aunque sea una.
Denostar los malos modos y mantener el tono pese lo rastrero y la mala educación.
Ignorar el desprecio ajeno.
Comer con mis compañeras y compartir , simplemente compartir.
Reencontrarme con mis niños después de nuestras jornadas trabajo, encontrar una sonrisa y el brillo de sus ojos, porque brillan mucho.
Escuchar sus atropellos verbales y sus ganas de contar sus historias sin respetar sus tiempos.
Comprobar cómo aprenden y ayudar a que lo hagan, en ocasiones, demasiado, alguno es mas despistado que otro .
Dar un paseo a la perrita mientras los chicos meriendan.
Observar el cielo de Coimbra sobre los campos de cereales. Y si el cielo está despejado, ver las cumbres blancas de la sierra madrileña.
Salir a correr con la música que da ritmo a mi carrera. Perseguir el sol hasta que se pone en el horizonte de Gredos.
El olor a leña quemada de mi barrio cuando es época poda.
Observar como florecen las rosas de mi jardín. Respirar profundo después de que salte el riego. Tumbarme en mi hamaca y observar las estrellas y a la gran osa.
Comer paella en el restaurante de La playa con toda la familia. O en cualquier otro lugar si es con mi Gran familia.
Pasear por la arena conversando con mi madre, mientras ellos buscan cangrejos en las rocas.
La cara de mi padre cuando nos ve aparecer por sorpresa. Cuando abraza a mi hijo y se lo come a besos.
Los paseos por Madrid en compañía de mi hermana. Su sabios consejos sobre la relatividad de las cosas. Sus pausas, sus silencios, su respeto.
La sonrisa de su amor cada vez que la mira. Sus carcajadas cuando alguno de los enanos le cuentan alguna historia.
Los mensajes de mis amigas en la distancia. Recorrer su pedacitos de vida a través de esos fotogramas en la red. Encontrarnos de nuevo por skype.
El amor de mis hijos, verlos crecer y convertirse en hombres buenos.
Saber que lo serán porque a mi me tocó uno de los mejores.
Salud, salud para vivirlo, poder contarlo y continuar disfrutando cada instante en este mundo.
¿Y tú? ¿Cuántas velas soplas?